Burkina Faso a los veinte años del magnicidio de
Nadie sale indemne del asesinato de la memoria
Hannah G., 29 de mayo de 2007
Traducido por Caty R. y revisado por Guillermo F. Parodi
Aparentemente Burkina Faso es un país africano completamente normal. Es decir, la población normalmente es miserable y hambrienta, la clase burguesa normalmente desdeñosa y corrupta, y normalmente hay cientos de ONG activas. Los seminarios, coloquios, cumbres y simposios de lucha contra la pobreza y la desertización normalmente llenan las salas a plena satisfacción de los propietarios de restaurantes y hoteles de cinco estrellas…
El Banco mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) velan con diligencia y discreción para mantener al país encadenado al neocolonialismo. En cuanto al presidente, democráticamente elegido y nombrado vitalicio por una argucia electoral, da trabajo a muchos de sus súbditos invitándolos a construir palacios y mansiones suntuosas que constituirán, según sus propias palabras, el orgullo del patrimonio nacional… Y para finalizar, este bombero pirómano no pierde la esperanza de lograr algún día el Premio Nobel de la Paz.
Pero este país esconde otro
Un país engullido, desaparecido, enterrado desde hace veinte años bajo las arenas de una memoria prohibida, pero cuyo corazón todavía se oye latir si prestamos atención. Un país que lleva el nombre más bello que una nación puede exhibir: "País de los hombres íntegros", un nombre que no se han atrevido a revocar y hoy resuena como el vestigio de una civilización desaparecida.
Ese país soñado nació por el amor y la fe de un hombre visionario:
Veinte años: una generación, una eternidad. ¿No sería tiempo de levantar la prohibición de memoria que pesa sobre
Se suele comparar a
¿Ocurrió? ¿Realmente existieron esos cuatro años prodigiosos en los que anidaba la semilla de una nueva civilización singular y a la vez tan universal? ¿Realmente existieron esos cuatro años que sentaban las bases de un África palpitante y fraternal, finalmente liberada de la mirada del opresor? Una África digna y frugal que iba a mostrar el camino a otros pueblos…
…¿O bien se castigó a este ingenuo soñador por pensar que podría escapar de su destino de esclavo elaborado por las potencias imperialistas aliadas con las fuerzas negativas de algunas tradiciones perversas?
Tomemos un ejemplo concreto: Si se consideran los numerosos abusos cometidos por los CDR (Comités de Defensa de la Revolución, N. de T.) bajo la Revolución, ¿es obligatorio pensar que esos abusos mostraron el lamentable fracaso de una aventura irresponsable? ¿O es preferible pensar que se trataba de nuevos problemas que había que resolver, como sucede en todas las empresas innovadoras?
Equivocarse de respuesta es elegir la desdicha.
El visitante extranjero curioso por conocer el país que lo acoge descubre con sorpresa que, a pesar de los años transcurridos,
Pero entonces, ¿hasta cuándo se va a perpetuar el silencio, la autocensura, el secreto de familia? ¿Será necesario esperar la extinción "natural" de todos los protagonistas del drama para que finalmente se reconozca a
Los genios surgen en todas las épocas
Uno de los mayores poetas franceses, Arthur Rimbaud, escribió toda su obra entre los 17 y los 20 años, lo que representa un período de sólo ¡cuatro años! Un siglo y medio más tarde sigue siendo el autor favorito de numerosos estudiantes y una fuente permanente de nuevas tesis literarias.
También cuando los allegados al general De Gaulle le sugirieron que mandase encarcelar al filósofo Jean-Paul Sartre para que dejara de criticar al gobierno, De Gaulle respondió: "¡No se encierra a Voltaire!". Era su manera de señalar que el ingenio de algunos hombres impone el respeto a pesar de los problemas que causan.
La grandeza de De Gaulle, en este caso, fue reconocer la de sus adversarios.
Soñemos también que una voz poderosa siempre triunfa sobre la represión. Así el que escribió:
"…el ojo estaba en la tumba y observaba a Caín"
Victor Hugo, el autor de "Los miserables" (una novela casi tan traducida en el mundo como la Biblia), era y sigue siendo un poeta muy admirado en Francia y famoso por su vehemente denuncia de las injusticias sociales de su tiempo. Napoleón III, a quien Hugo llamaba "Napoleón el pequeño", no soportó sus ataques y Victor Hugo tuvo que exiliarse. Hoy su obra se estudia en todo el mundo y es el orgullo de los franceses; de todos los franceses, ya sean "de derecha" o "de izquierda".
De la misma forma sería deseable que los bukineses –todos los burkineses- tomen conciencia del inmenso honor de que naciera entre ellos un hombre de una grandeza excepcional, tanto por su palabra como por sus actos y su pensamiento. Sería bueno que los responsables políticos del país se den cuenta de que al censurar la obra de
Nadie sale indemne del asesinato de la memoria. No hay vencedores
La acumulación de riquezas -generalmente muy mal adquiridas- no es más que un consuelo irrisorio para el hombre que sacrificó su dignidad aceptando callarse y cerrar los ojos. Sea cual sea su cinismo (¡y a veces incluso su rabia!) las "golosinas" de todo tipo que acumula, joyas, mansiones, BMW, medallas del mérito nacional… son impotentes para contrarrestar la humillación de haber traicionado, mentido y hallarse preso en una trampa sin salida. El lujo exhibido sólo sirve para dar el pego, para aturdirse y ocultar la vergüenza, a sí mismo y a los demás. En realidad, el ciudadano que desfiló en un 4×4 último modelo con los cromados rutilantes y los cristales ahumados mientras el pueblo agoniza bajo el peso de una miseria inenarrable, no es más que un muerto viviente que se deja arrastrar en su coche fúnebre, está desconectado de la realidad. Puede hacer ruido, moverse, ir de cóctel en cóctel, de pasarela en pasarela, de piscina en piscina, de adulterio en adulterio, pero su soledad es más vertiginosa que la del mendigo de la calle.
Y si a pesar de todo suscita admiración y envidia a su paso, eso demuestra en qué abismo de desesperación está hundida la población; hay muchos que frente a la impunidad de los crímenes sólo creen ya en la fuerza del mal… de ahí la brujería, los brebajes infames, los despedazamientos humanos con la esperanza de enriquecerse para parecer que existen…
En cambio devolver al pueblo la obra de
El verdadero patrimonio de Burkina Faso no está grabado en las piedras, no es el hotel Libya, ni la torre Eiffel truncada de la plaza de los mártires, ni el Palacio Kossiam –particularmente desagradables- ni la Avenida Kwame Khrumah, cada vez menos frecuentada… el verdadero patrimonio de Burkina Faso por los siglos de los siglos, se quiera o no, es este joven capitán
No se trata de gritar venganza. El mal está hecho. Se trata de mirar hacia el futuro para devolver la esperanza a la juventud burkinesa y a la juventud de África entera que no pide otra cosa que cultura.
Efectivamente, hay que destacar la admirable tenacidad con la que numerosos jóvenes hacen frente a la adversidad; pienso especialmente en los valientes estudiantes que carecen de todo: combustible, comida, alojamiento… La alimentación precaria amenaza su salud, ya que las sociedades que administran los restaurantes universitarios tratan a los estudiantes peor que a los animales. Las instalaciones sanitarias son vetustas, a menudo ruinosas, las aulas llenas a rebosar y por todas partes es necesario hacer colas interminables bajo el sol… Salir bien de los exámenes en condiciones tan absolutamente deplorables es una hazaña. Muchos aguantan, pero también muchos otros no soportan más las humillaciones y están dispuestos a todo para abandonar este infierno.
África, tan rica en recursos materiales y humanos, pierde sus fuerzas vivas como por una herida abierta; durante muchos siglos fue la coacción de la esclavitud la que causaba la salida de los jóvenes, hoy se exilian voluntariamente poniendo en peligro su vida.
¿Cómo detener esta hemorragia?
¿La revolución "sankarista" fue el último brote de rebeldía antes de una derrota programada o el primer rayo de luz de un continente desamparado?
Frente a la situación actual del mundo, la obra de
En efecto,
El muro de Berlín aún no había caído, la mundialización no era una preocupación principal, el recalentamiento del planeta todavía no preocupaba a nadie. Se carecía de perspectiva.
Pero
Hoy el paisaje ha cambiado, el mundo se encoge, se ha generalizado la angustia. La explotación demencial de los recursos naturales por las nuevas superpotencias amenaza el futuro del planeta. Todo puede irse a pique. Los océanos se agotan, las especies perecen, los bosques desaparecen, los glaciares se derriten. Por todas partes proliferan los conflictos armados. En cuanto a África, parece sufrir con fatalismo las consecuencias trágicas de este desorden mundial generalizado.
Por tanto ¡No!
¿La prueba? Tenemos ante nuestros ojos el ejemplo del presidente venezolano Hugo Chávez, que también pasaba por un iluminado: este valiente jefe de Estado está uniendo a los pueblos de América Latina para enfrentarse mejor a Estados Unidos y propone iniciativas que
Entonces ¡Sí! Veinte años después, finalmente se puede revisar el pensamiento de
Con
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Caty R. y Guillermo F. Parodi pertenecen a los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, la traductora y la fuente. URL de este artículo: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=2957&lg=es